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Cada vez es más común oír hablar del síndrome de la cabeza adelantada. En este artículo vamos a explicarte en profundidad todo lo relacionado con él y qué podemos hacer tanto en casa como en la consulta de Innofisio para ayudarte con este problema.
Definimos este síndrome como la desviación hacia delante de la cabeza respeto al tronco cuando miramos a una persona de perfil.
La columna vertebral presenta 3 curvas anatómicas. En la zona cervical y lumbar encontramos la lordosis o curvatura de convexidad anterior. En la zona dorsal encontramos la cifosis o curvatura de convexidad posterior.
Podemos decir que una persona tiene una postura correcta en una vista lateral cuando se alinean los siguientes elementos:
En esta situación perfecta las curvas de la columna estarían compensadas de manera armoniosa. Sin embargo, en el síndrome de la cabeza adelantada hay un desequilibrio de las curvas vertebrales, y por consiguiente, de la musculatura.
La cifosis dorsal aumenta llegando hasta la lordosis cervical de las vértebras más bajas.
Por el contrario en la vértebras cervicales más altas habrá tanto un aumento de la lordosis como una disminución del espacio entre el cráneo y la primera vértebra cervical o atlas. Este conjunto de alteraciones biomecánicas fue descrito por el Dr. Janda como el "síndrome cruzado superior".
En personas mayores es muy común ver este síndrome ya que es un proceso degenerativo natural del cuerpo. Con el paso de los años la postura va cambiando y las vértebras van modificando su posición.
Desgraciadamente cada vez es más frecuente ver a pacientes jóvenes que acuden a consulta con este problema. El uso masivo de dispositivos móviles y tablets se considera uno de los causantes principales.
Al cabo del día podemos pasar muchas horas mirando las pantallas sin tener en cuenta cuál es la posición que tiene nuestra cabeza.
Además del excesivo uso de los dispositivos electrónicos existen otras causas que pueden provocarlo. Algunas de ellas serían:
Los dolores producidos por el síndrome de cabeza adelantada vienen dados por la descompensación de la curvas y de la musculatura. Los pacientes acuden a consulta normalmente con los siguientes síntomas:
Además de los síntomas músculo-esqueléticos, una mala posición de la cabeza tiene otras consecuencias. Según los últimos estudios, por cada pulgada que se adelanta la cabeza aumenta en 10 kilogramos la presión sobre las vértebras.
Con esto podemos deducir que una mala postura va a favorecer los problemas degenerativos articulares y discales a nivel cervicodorsal.
Aunque es complicado dar consejos a un paciente sin hacer una evaluación previa, sí que podemos intentar corregir hábitos diarios que nos lleven a una mala posición de la cabeza con respecto al resto del cuerpo.
Hay que prestar mucha atención a cómo nos colocamos cuando usamos el móvil u otros dispositivos parecidos. Lo más básico es intentar poner la pantalla a la altura de los ojos sin tener que llevar la barbilla hacia el pecho.
Cuando estamos en posición sentados lo más recomendable sería apoyar los dos pies en el suelo y sentarnos lo más pegados posible al respaldo de la silla para evitar que la lordosis lumbar se pierda.
En nuestra clínica de fisioterapia en Madrid Innofisio siempre hacemos una valoración para saber si tu postura es equilibrada. Mediante técnicas manuales y suaves vamos a tratar los síntomas ocasionados por una mala posición de la cabeza.
Además podemos ayudarte con la reeducación postural mediante consejos sencillos para corregir las posturas del día a día y ejercicios dirigidos. Como cada sesión es personal, haremos un seguimiento en cada cita para ver los progresos y dudas que puedan surgir al paciente.
Sin duda la respuesta es compleja. Tener una mala alineación de la columna no es requisito indispensable para que se genere una hernia. Hay gente con hernias discales cervicales con una postura adecuada y al revés.
Si no cuidamos las posiciones del cuerpo en la vida diaria tendremos más predisposición para sufrir problemas discales al igual que pasa con el tabaco y los tumores de pulmón. Lo que sí está claro es que una mala posición corporal va a provocar una degeneración prematura de las articulaciones, es decir, artrosis cervical.
