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El grueso de nuestros pacientes que acuden a consulta lo hacen porque presentan dolor en alguna parte de su cuerpo. En el siguiente post vamos a conocer los diferentes tipos de dolores que hay.
Se define como una sensación molesta en alguna parte de nuestro cuerpo. Su percepción puede variar y ser de distinta intensidad. Por lo tanto, es una apreciación subjetiva e incomoda. Esta se desarrolla, hablando de forma muy genérica, por la exaltación o estímulo exagerado de algunas terminaciones nerviosas.
Es el síntoma estrella en el ámbito de la salud. Suele ser el desencadenante de que una persona se sienta intranquila, molesta y afectada y, por ello, busque ayuda sanitaria para resolverlo. Es por esto que, frecuentemente, el síntoma dolor esta unido al concepto de patología, aunque no siempre tiene por qué ser así.
Muchas veces no. El dolor es una alarma que tenemos en el cuerpo para evitar hacernos daño. De esta manera, puede haber dolor en zonas que no están lesionadas, pero que si se mueven puede dañarse, o dañar mas aún a la zona primaria que está sufriendo.
Es por ello que aparecen muchos dolores distantes de la zona que tiene el problema primitivo. Esto es, dolores que tienen su causa u origen en una zona distinta a la que el paciente percibe dolorosa.
Dentro de este amplio grupo de dolores podemos diferencias tres tipos: irradiado, reflejo y referido.
Es el que se produce a distancia, debido a una compresión o irritación de una raíz nerviosa. Por lo tanto genera sensaciones dolorosas o de hormigueos en la zona que corresponde al nervio afectado. La compresión nerviosa puede darse por cualquier estructura susceptible de provocar presión. Como por ejemplo hueso, desfiladero muscular, tumoración, presión externa mantenida…
La característica mas típica de este dolor es que es de tipo nervioso. Se suele definir como calambre o sensación eléctrica. Puede darse en cualquier área inervada por la raíz comprometida.
Un ejemplo de este tipo de dolor sería la compresión por una hernia o artrosis de raíces del nervio ciático a nivel lumbar, dando dolor al miembro inferior.
El referido es, igual que el anterior, un dolor a distancia. La diferencia con el irradiado es que las vías nerviosas están perfectas, sin lesión. En este caso el dolor se produce gracias a que hay varias estructuras distintas en nuestro cuerpo que son controladas por un mismo nivel de nuestra médula espinal (metámera).
Cuando una raíz nerviosa recibe información de diferentes zonas, el cerebro no sabe a cual de todas la zonas corresponde el dolor.
Por ejemplo cuando tenemos un infarto, el dolor de corazón, lo confundimos con el dolor del brazo izquierdo. Esto es debido a que la misma metámera da la información de las dos zonas y no sabemos a cuál corresponde.
Es el que tiene su causa en una lesión que se encuentra a distancia de la zona que duele. El dolor en una zona distinta a la que está la lesión primaria es debido a la adaptación natural que hace nuestro cuerpo. Nuestro organismo compensa la lesión primaria adaptando y sacrificando un “trabajo” distinto o aumentado de otras zonas del cuerpo.
De esta forma, estas zonas nuevas que han adaptado acaban claudicando y duelen. Pero este dolor se define como “reflejo”, ya que es consecuencia del anterior.
El dolor reflejo no tiene por qué ser de menor intensidad que el primario. De hecho los pacientes a menudo acuden describiendo sólo el dolor a distancia.
Un ejemplo de dolor reflejo podría ser el que se da tras un esguince de tobillo externo (LLE). En este caso, puede quedar el peroné anterior y bajo a nivel distal de ese lado. Por tanto, a nivel proximal quedaría posterior y bajo. En un intento de corrección automática de nuestro cuerpo, se produce un espasmo en el musculo bíceps femoral. Esto genera una nueva posición del hueso peroné.
Por todo lo anteriormente explicado, es misión del fisioterapeuta hallar la causa de este con una buena anamnesis y exploración. Sólo así podremos llegar a un correcto diagnóstico.
En nuestra clínica Innofisio abogamos por un trabajo manual global. Buscamos siempre la causa de la lesión y tratamos todas las áreas que puedan influir en el origen de la patología.
Por esto, es fundamental que tengamos en cuenta la existencia de estos tipos de dolor. Solo de esta forma realizamos un trabajo efectivo y más definitivo para nuestros pacientes.