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Mucha gente llega a consulta por dolor en la zona mandibular y por la sensación de chasquidos en la articulación. También por dolores de cuello o de cabeza y vértigos. ¿Qué puede causar todo esto? A pesar de ser una de las articulaciones más olvidadas, los problemas de movilidad de la articulación temporomandibular (ATM) pueden ocasionarnos todos estos síntomas.
La correcta movilidad de cualquier articulación depende del buen estado de sus componentes:
La movilidad de la ATM puede verse alterada por varios motivos:
El cóndilo mandibular y la fosa temporal que forman la articulación de la ATM deben mantener una posición concreta en la que encajen y estén centrados. Esto posibilita que el cóndilo ruede y se desplace cuando abrimos y cerramos la boca. De esta forma, no se sale de la fosita del hueso temporal, manteniendo contacto en todo el rango de movilidad. Cuando no existe esta relación de encaje de ambos huesos no pueden desplazarse de forma correcta. Provocándose así dolor por el roce y bloqueo, viéndose limitada la movilidad por falta de congruencia.
En el caso de alguna patología reumática o traumatismo, estas estructuras se pueden ver inflamadas, perdiendo con ello su capacidad elástica, limitadora y presentando dolor en la zona de la ATM.
Por diversos motivos podemos tener una contractura o sobrecarga de la musculatura oral, de la cara o craneal. Lo que nos condiciona a una movilidad reducida de la boca que genera presiones, dolor y tensiones anormales en la ATM.
El menisco de la ATM presenta una forma aplanada con los bordes redondeados, simulando un "8" tumbado, donde en su zona más estrecha y central encajaría el cóndilo mandibular. Este menisco, aunque en estático tiene una posición fisiológica, durante la movilidad de la articulación debe desplazarse para evitar roces y permitir que los huesos se muevan de forma correcta. Dicha movilidad del cartílago es posible gracias a los ligamentos que presenta hacia el tejido óseo y su relación con el músculo pterigoideo externo, que al contraerse lo mueve para evitar que se pince entre los dos huesos que separa. Cuando la movilidad del menisco se ve reducida o es nula y éste está desgastado (como en el caso de la artrosis) el buen funcionamiento de la movilidad de la ATM se ve condicionado.
A la hora de realizar un correcto tratamiento debemos identificar cuál o cuáles son las causas de la afectación de movilidad de la ATM. Además, el tratamiento debe tener un enfoque multidisciplinar desde la fisioterapia, la osteopatía y la odontología en el caso de ser necesario.
En la recuperación y mejora del paciente entrarían en juego dos disciplinas fundamentales:
Se encarga de tratar todos los componentes de la articulación antes mencionados. Para ello, existen distintas pautas de tratamiento:
En nuestra clínica de fisioterapia podemos hacer una valoración, un tratamiento y aconsejarle sobre qué hacer para maximizar la mejoría tras la sesión.
Indicado en aquellos pacientes en los que sea necesario colocar una ferula de descarga, o de separación articular. Esto va a favorecer la recolocación y/o cicatrización del menisco.
También pueden corregir una mala oclusión, pudiendo esta ser la causa de un descentraje articular, y por ello sufrimiento de la articulación y afectación de su movilidad.
Cuando hay una mala oclusión y se realiza un tratamiento de ortodoncia es recomendable acudir al fisioterapeuta para valor la movilidad de los huesos del cráneo y de las cervicales altas. Las fuerzas que se aplican en los aparatos de ortodoncia pueden transmitirse por el sistema miofascial hacia el cráneo y las cervicales. Es frecuente encontrar dolores de cabeza y tensión cervical derivada de este tipo de tratamiento.
ATM. Dolores de cabeza, de cuello, mareos secundarios a la mala movilidad de la mandíbula